La naturaleza de los zombies, también llamados "no muertos", es un tema de ciencia ficción y horror con un concepto muy atractivo e interesante. En la película "La Noche de los Muertos Vivientes" los zombies del director George A. Romero se levantan por una misteriosa fuerza, impulsados a alimentarse de la carne de los vivos. Pero ¿cómo y por qué funciona el cerebro de un no muerto? El Dr. Steven C. Schlozman, un profesor de Psiquiatría de la Universidad de Harvard, tiene las respuestas a este enigma.

El Dr. Steven C. Schlozman es un psiquiatra de niños que se graduó de la Universidad Stanford y la Escuela Médica Brown. Desde 1999, Steven comenzó a dar lecturas sobre educación en la Universidad de Harvard y en el 2001 fue uno de los finalistas del premio de logros distinguidos de la Asociación de Escritores Educacionales.

El Dr. Schlozman, es un asistente de profesor de Psiquiatría en la Escuela de Medicina de Harvard y en la Escuela de Educación de la misma. También es un fanático de la ciencia ficción y el horror, pasatiempo que le permitió convertirse en la autoridad de la neurobiología de los no muertos. El doctor Steven ha escrito artículos ficticios sobre la plaga zombie, cuyo padecimiento ha llamado "Síndrome atáxico neurodegenerativo de deficiencia de saciedad" A.S.N.D. El texto cita a cinco autores: uno vivo, tres "fallecidos" y un "humano infectado".

El tema de esta investigación llegó al cerebro de Schlozman cuando dio lecturas sobre la ciencia en la pantalla grande para el Coolidge Corner Theatre en Brookline, Boston, evento que le permitió recaudar extensa información tras hablar con el director George A. Romero. Pronto el Doctor Zombie se sumergió en la literatura y acontecimientos importantes de este tema. Aunque los escritos del Dr. Schlozman pueden ser percibidos como fantasiosos, la ciencia que respalda sus argumentos es seria. Estos textos son un viaje por el cerebro humano usando a los no muertos como el tema de narración.

Fisiología del cerebro en los zombies:

Lóbulo Frontal: es la parte del cerebro encargada de la ejecución de funciones, la misma que permite a cada persona pensar cuidadosamente y resolver problemas de forma abstracta. Claramente las personas afligidas por la condición de no-muerto carecen de esta función. Lo que sí se sabe de los zombies es que pueden ver, escuchar y hasta cierto punto sentir a los vivos. Esto demuestra que el lóbulo frontal de los no muertos tiene la capacidad suficiente para escuchar al tálamo, la parte del cerebro que procesa lo que el individuo percibe.

Sin embargo la función más importante del lóbulo frontal es el control de los impulsos, lo que permite comprender mejor el comportamiento de los zombies, ya que carecen de ella.

La amígdala y la circonvolución del cíngulo anterior: los no muertos son impulsados por emociones básicas como la ira. Estas emociones se encuentran en las partes primitivas del cerebro, principalmente en la amígdala. La naturaleza del hombre es controlada por esto, si la amígdala es lo que impulsa a actuar, el lóbulo frontal crea el balance dentro de ese impulso.

El balance, sin embargo, es posible con la mediación de la circonvolución del cíngulo anterior, la cual regula los niveles de excitación de la amígdala en el momento en que el impulso es receptado por el lóbulo frontal. Por esta razón, cuando la amígdala se activa, ya sea por miedo, coraje o lujuria; la circonvolución del cíngulo interrumpe el impulso; lo cual da el tiempo suficiente para que el lóbulo frontal intervenga y la persona piense el curso de su acción.

Los no-muertos tienen disfuncionalidad en su circonvolución del cíngulo anterior, y es por este daño que los zombies no pueden modular las emociones de ira. El efecto de esto se refleja en su híper-agresividad.

El cerebelo y el ganglio basal: son las partes del cerebro que permiten la fluidez de movimiento. El ganglio basal hace posible los movimientos coordinados de las personas, mientras que el cerebelo ayuda a mantener el balance del cuerpo. Obviamente los zombies tienen una disfunción de ambas, la degeneración del cerebelo se refleja en la marcha inestable de los zombies, y en los tropiezos acompañados por un temblor de adelante hacia atrás del torso.

Las neuronas espejo: son el descubrimiento más reciente en el campo de la neurociencia. Schlozman describe a la teoría de la neurona espejo como un modelo de empatía, que posiblemente conecta a los seres humanos entre sí, debido a que hay secciones del cerebro que responden a las interacciones sociales en las que se siente el estado de la otra persona. Las neuronas espejo se activan cuando el individuo observa algo o hace tareas específicas, de igual forma los niveles emocionales se elevan cuando ven a otra persona sintiendo la misma emoción.

Schlozman cita a los no muerto de la novela de Max Brooks "Guerra Mundial Z". Donde los militares usan técnicas para intimidar y sorprender, pero los zombies carecen de neuronas espejo, razón por la que no se asustan cuando los soldados atacan la horda de no muertos con todo su arsenal. Sin embargo, durante está batalla los vivos se dan cuenta que los zombies no se asustan, no se enojan, sólo siguen con su marcha. Esto asusta tanto a los soldados que pronto se pelean entre ellos. El doctor Schlozman prueba por qué las películas de zombies son tan populares. Esto se debe a que los no muertos se ven como humanos, pero no lo son y los vivos tienen todo el permiso para dispararles en la cabeza. En palabras más simples, el ser humano se divierte con la violencia sin culpa...

El hipotálamo ventromedial: es la región del cerebro que indica a la persona cuando ha satisfecho su apetito. Los no muertos tienen su hipotálamo ventromedial completamente destruido, como resultado padecen de hiperfagia. Por esta razón los zombies comen y comen y jamás sacian su hambre de carne humana. ¿Por qué entonces no los vemos defecar constantemente? A eso, Schlozman responde con ingenioso humor, diciendo que quizá padecen estreñimiento crónico, razón por la cual se los oye a menudo quejarse...